
MÉTODO SĀTĪ:
Ejercicios básicos de concentración y atención (iii).
Ejercicios especiales.
EJERCICIO NÚMERO 1
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La Luna fue de gran inspiración para los poetas chinos. También aparece en la pintura de paisaje. No olvide conectarse con ella en sus distintas fases.
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Cuando está nueva, a veces acompañada de una o dos estrellas. Cuando declina y paulatinamente comienza a oscurecerse el cielo.
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El cielo oscuro durante la luna negra y ponga espacial atención en la aparición de la Luna tras la cordillera de los Andes.
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No tarde más de cinco minutos en salir y es un espectáculo sublime. En su observación de la Luna debe sentirse y percibir sus emociones. Conectarse con la noche y sus sentimientos.


EJERCICIO NÚMERO 2
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La cordillera de los Andes en Santiago es un elemento a percibir en sí mismo.
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Concéntrese durante las distintas estaciones en sus matices de forma y color.
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Sienta cómo Ud. está unido a ella. Cómo su presencia lo determina y lo acompaña.
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Mírela después de la lluvia, cuando está nevada.
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Suba a los pisos altos de los edificios y contémplela, afine su atención a través de las sensaciones y sentimientos que ella comunica.
EJERCICIO NÚMERO 3

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El río Mapocho está contaminado pero es la sabia de la vida de la ciudad junto a la cordillera. Recuerde que el paisaje para la pintura china es montaña y lago, en nuestro caso, río.
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El agua es un elemento fundamental para la filosofía china. Es indispensable concentrarse en su movimiento.
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Encamínese al río y contémplelo con la técnica que ha estado practicando. Mire la vida que lo rodea a pesar de todo. Contraste esa vida con el movimiento de la ciudad y trate de descifrar las emociones allí expresadas.
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Mire largamente el agua y permítase fluir, detenga sus divagaciones mentales concentrándose en las ondulaciones del agua. Sienta su estado interior después de mirar largamente el agua.

EJERCICIO NÚMERO 4
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Perciba la naturaleza en aquellos lugares donde ella insiste en vivir o sobrevivir a pesar de las condiciones adversas.
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Descúbrala, rodeando la vereda, las paredes, la calle.
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Concéntrese en la vida efímera de las hierbas, del musgo, de la maleza.
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Mire las diversas clases de tréboles que invaden los pastos, sus colores y dimensiones; las flores silvestres, sus tamaños y colores.
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Contemple los insectos, aunque le provoquen reacciones desagradables, abejas, moscas, gusanos, tijeretas, hormigas.
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Búsquelos en su jardín o en una plaza y practique la concentración auto-perceptiva intentando serenar sus impresiones previas ante ellas.
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Si puede tome algún insecto en sus manos y sienta las cosquillas de sus patitas, mírelas de cerca, acoja sus emociones y suelte sus limitaciones.